MÓVILES
La presentación de los nuevos iPhone 8/Plus y del iPhone X ha llegado con muchas novedades, pero también con el respeto a tradiciones que nacieron hace una década.
Entre ellas, una destacada: esos teléfonos siguen marcando las 9:41 en el reloj de esas imágenes promocionales que nos inundan. La historia detrás de esa curiosa hora en particular es una de las más conocidas en la mitología Apple, pero es bueno volver a recordarla 10 años después de que se iniciara la tradición.
Puede que algunos no os hayáis fijado en ese detalle, pero hace años que Apple eligió esa hora para las imágenes que utiliza tanto en sus keynotes como en los materiales de prensa y promocionales. No solo de sus iPhone o iPad, sino también de otros muchos productos como los MacBook en los que las caputras de macOS siempre hacen también uso de esa hora.
Las 9:41 son ya casi una seña de identidad de esos dispositivos, y el origen lo explicaba Scott Forstall, que durante años fue el máximo responsable del desarrollo de iOS. Un empleado de Apple llamado Jon Manning estaba con él en una tienda de Apple en Palo Alto cuando se le ocurrió la idea de preguntarle por esa extraña costumbre, y el directivo se lo aclaró:
Diseñamos las keynotes para que el gran lanzamiento de un producto suceda más o menos a los 40 minutos de iniciar la presentación. Cuando la gran imagen del producto aparece en pantalla, queremos que la hora mostrada sea lo más cercana posible a la hora actual en los relojes de la audiencia. Pero sabemos que no habrán pasado exactamente 40 minutos.
Que es por lo que añadieron ese minuto extra que por ejemplo coincidió exactamente con el momento en el que Steve Jobs, durante la legendaria presentación de Steve Jobs de enero de 2007, comenzó a presentar el iPhone.
¿Y que hay de los Apple Watch? ¿Respetan esa norma? Pues aquí Apple prefirió seguir otro camino más "simétrico", algo que explicaban nuestros compañeros de Applesfera. Los relojes de Apple no marcan las 9:41, sino las 10:09, y el motivo no es otro que cuando hay manecillas en la esfera elegida éstas queden representadas con una simetría máxima. Curioso, ¿no os parece?